¿Y AHORA QUÉ?
Ganó el candidato-presidente, Alvaro Uribe Velez, con el 62,20% de los 11.607.672 de votos válidos para los candidatos en contienda. El 62% de esos 11.000.000 de votantes, lo eligieron de manera contundente. Nada que hacer, esas son las reglas de la llamada "democracia".
Pasada la euforía de la victoría, vendrá el reparto del botín ganado en la contienda electoral, y los paras, políticos, banqueros, industriales, ganaderos y corruptos de todo pelaje, pasarán su cuenta de cobro por los aportes entregados; esa es la costumbre, y no cambiará.
Sin embargo, es conveniente someter esa euforía a un análisis frio de algunas cifras, que todavía los medios y comentaristas no han hecho.
Veamos: el censo electoral de la Registraduria para estas elecciones era de 26.731.640 de ciudadanos y ciudadanas aptas para votar. De esos 26.731.640 de votantes, tan solo votaron 11.607.672, lo que representa tan solo el 43,42%; es decir, que la abstención fue esta vez del 56,58%, que equivale a 15.123.968 hombres y mujeres colombianos que NO votaron por alguna razón.
Pero hay algo más dramático: los 7.363.421 votos que obtuvo Uribe tan solo representan el 27,54% de los 26.731.640 de colombiano(a)s que podian votar. ¿CÓMO LA VEN?
El pedazo de cántaro roto de la imagen que están viendo, representa mi estado de ánimo.
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