Extraños Seres de Este Mundo
Sucedió hace mucho tiempo, en que unos extraños seres terrestres vieron que había cosas que se movian y otras que no. A las primeras les dieron por nombre animadas y a las segundas inanimadas. En su perspectiva del tiempo, vieron que las cosas animadas se morian y las llamaron mortales. Y entonces cayeron en cuenta que ellos también se morian, y se preguntaron: ¿Acaso somos mortales?
A esta altura ya eran seres bastante pretenciosos, tal vez por su andar erguido, su habilidad para fabricar cosas y comunicarse con sonidos codificados, al extremo que se bautizaron a sí mismos como "homo sapiens". Con este talante, la respuesta era obvia: no eran mortales; cómo iban a serlo, si eran tan diferentes del resto de los demás animados (lease animales). Pero el dilema era que todos los días constataban que sí se morian. Cómo resolver esa aparente contradicción?
La resolvieron de la siguiente manera: Así como había seres mortales que morian, ¿porqué razón no podría haber, por lo menos un ser inmortal que no muriera? Y se dijeron que sí, y lo llamaron en principio El Inmortal y también con otros nombres, según las lenguas. El resto era fácil: si uno es hijo de un Inmortal, tambíen debe ser inmortal. El resto es pan comido e historia conocida.
Esta historia continuará...
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