¿Y DÓNDE ESTABA DIOS?
Las religiones basadas en la existencia de un Dios personal y creador, se fundamentan en el principio del bien contra el mal, y su correlato el de obedecer-desobedecer, donde desobedecer es portarse mal y merece un castigo. Las relaciones de los creyentes con su Dios son del tipo pedir-agradecer, mediante unos rituales.
Cuando el mundo marcha “bien” en términos humanos, el hombre ve las cosas de forma transparente y las relaciones con su dios también son “normales”. Pide y agradece por los favores recibidos. Pero cuando el mundo no marcha de manera “normal” en términos humanos, las relaciones con dios también se pueden alterar.
Se ha desatado una polémica a nivel mundial sobre el impacto negativo en la fe de los creyentes, a raíz de la dantesca tragedia del sudeste asiático por el maremoto o tsunami. La pregunta que se hace es: ¿Y DÓNDE ESTABA DIOS? a la hora del desastre.
Si se parte que dios existe, entonces, ¿por qué permitió tantas muertes, donde sin duda había inocentes? Las respuestas son variadas.
Dios no interviene en estos tipos de eventos naturales, porque no puede contrariar sus propias leyes.
Dios no interviene en los asuntos humanos por que hizo al hombre con libre albedrío.
Todos tenemos que estar preparados porque la muerte llega sin avisar.
El hombre se ha vuelto muy malvado y merece ser castigado.
Si se parte de la creencia que dios no existe, entonces el asunto se reduce a una relación del hombre con la naturaleza.
¿Cómo es la relación del hombre con la naturaleza hoy día? Recordemos que desde los tiempos de la creación dios mismo dijo al hombre: “…Poblad la tierra y dominadla…”, después de hacerlo a su “imagen y semejanza”, es decir, divino e inmortal como dios. Después, en los tiempos modernos, cuando surge la ciencia hecha por el hombre, su objetivo es también “dominar la naturaleza”
De esta pequeña e interesante historia, se puede sacar la siguiente conclusión: El hombre es el “Rey de la creación”, es un ser sobrenatural, dominador de la Tierra, es decir, de la Naturaleza, por voluntad divina y el poder de la ciencia y la tecnología.
Sin embargo, también puede haber otra versión de la historia…
Vendrán otros tsunamis, y veremos qué pasa…
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