octubre 31, 2005

PARA DÓNDE VA COLOMBIA?


La siguiente es una columna de María Jimena Duzán en El Tiempo del 31 de octubre de 2005, titulada:
¿Desmovilizar al DAS?

Después de leer la reveladora crónica que la revista Semana trae sobre la relación tan estrecha entre los ‘paras’ y el DAS, es evidente que lo mejor que puede hacer el presidente Uribe no es cerrar esa agencia de inteligencia... sino desmovilizarla.

La frase, que podría parecer una exageración digna del humor de Vladdo, es infortunadamente una realidad que le ha explotado al Gobierno en sus propias narices, y que este venía negando de manera taxativa en todos los foros nacionales e internacionales, aduciendo que se trataba de una campaña urdida por ciertas ONG interesadas en horadar la imagen del presidente Uribe y sus éxitos en la política de seguridad democrática.

Dos años después, ya no se puede tapar el sol con las manos y la realidad es peor de lo que muchos presentíamos. Quién se iba a imaginar que mientras el DAS no tenía carros blindados para la seguridad del senador Germán Vargas, al otro día del atentado perpetrado contra él, los lugartenientes de jefes narcoparas buscados por la Policía y la DEA, como ‘El Pájaro’, sí contaran con un dispositivo de seguridad a su disposición, como bien lo reveló Semana. Casas fantasmas conocidas como "oficinas", desde donde se les ofrece protección a los ‘paras’, se encaletan armas y se interceptan celulares. Miembros del DAS que borran historiales de los narcos y funcionarios que trabajan para los paramilitares y les sirven de ojo avizor para evitar ser capturados.

Si este es el organismo encargado de proteger a nuestros precandidatos, por más afinada que salga de la Corte la Ley de Garantías, a lo que deberían aspirar los precandidatos es a tener siquiera la misma seguridad que se les proporciona en el DAS a los jefes ‘paras’. Con estas historias haciendo carrera por ahí, y que nadie puede desmentir, no es extraño que el Gobierno ande con la idea de cerrar ese chuzo.

Sin embargo, la preocupación que deja este episodio es que el Gobierno del presidente Uribe crea o nos quiera hacer creer que el problema de la penetración narcoparamilitar en el Estado se circunscribe sólo al DAS. Lo digo, porque no veo que le preocupen mucho las denuncias que se hacen en su reino sobre la manera avasalladora como los narcoparas están interviniendo en casi todos los escenarios políticos y sociales de este país.

Hasta el momento, todas las denuncias que se hacen en ese sentido han caído en saco roto. Comenzando por las planteadas por el ex presidente César Gaviria en torno a la forma como estos señores de la guerra han influido en el proceso electoral apoyando a candidatos impuestos por ellos. La senadora Piedad Córdoba también ha denunciado el caso específico de que el señor Habib Merek ha sido impuesto como candidato de un jefe paramilitar, pero la denuncia no ha ameritado mayor preocupación por parte del jefe del partido de la U, Juan Manuel Santos.

Desde Palacio, estas denuncias son recibidas con desgano y solo se atina a decir que esta campaña va a ser histórica, porque todos los candidatos van a tener plenas garantías. No les importa que luego de esta afirmación hecha por el consejero José Obdulio Gaviria, en la cárcel de Itagüí, algunos días después se realizara una manifestación de los desmovilizados en favor de su jefe, el señor ‘Berna’, y se le proclamara a la semana siguiente en otra reunión en Medellín amo y señor de los narcoparamilitares que quieren meterse en política. Ni siquiera a los uribistas les han puesto bolas en sus denuncias.

Ahí está lo que hizo Nancy Patricia Gutiérrez, desde la trinchera cada vez más estrecha del uribismo urbano en el sentido de que un jefe paramilitar le advirtió que como él tenía su propio candidato ella no podía hacer política en "su" territorio. Si Nancy Patricia no puede hacer proselitismo, pero los desmovilizados de ‘don Berna’ sí, el que está quedando derrotado es el uribismo urbano.

Ojalá al Presidente no le pase en estas elecciones lo mismo que con el DAS y se apersone del tema antes de que sea tarde y que el jefe del Congreso termine siendo ‘Berna’.

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