agosto 05, 2006

"ISRAEL PARÓ EL BOMBARDEO AL LIBANO"

La noticia era una bomba y ya había dado la vuelta al mundo en todos los medios: en secreto el Papa Benedicto XVI y el Secretario General de ONU, el africano Kofi Annan, ante el rotundo fracado de todos los "intentos" por lograr un alto al fuego entre Israel y el Libano-Hizbolá, habían tomado la trascendental decisión de trasladarse al Libano y someterse al riesgo de ser blanco de las bombardeos de Israel sobre el pueblo libanés, como una medida desesperada y heróica para disuadir a Israel de parar la guerra.

La escena que estaban pasando en los noticieros de televión del mundo era en verdad dantesca y casi sobrenatural: En lo que quedaba del centro histórico de Beirut, estaban las dos personas sentadas, serenamente, una frente a la otra. El papa, con su túnica blanca y el peto rojo, traslucía su papel de verdadero representante de Dios en la tierra, de cordero de Dios, dispuesto a inmolarse por sus ovejas libanesas (así no fueran todas católicas), es decir, a ser despedazado por cualquier misil con mala punteria de la aviación israelí, que lo confundiera con un guerrillero de Hizbolá o algún civil sospechoso. El secretario general de la ONU, como de costumbre, estaba impecablemente vestido de oscuro, con una corbata blanca, en señal de paz y de nuetralidad, dejando traslucir su papel de representante de todas naciones del mundo, también dispuesto a inmolarse por la causa universal de la paz y la convivencia pacífica entre los pueblos, sin distingos de ninguna clase, como creo que dice la carta magna de la venerable ONU.

Los noticieros insistian en que el mundo entero estaba paralizado y atónito ante lo que estaba sucediendo y pasando ante sus ojos. La humanidad no tenía memoria de un hecho de desprendimiento y sacrificio tan abrumador y dramático. Qué podría pasar si la aviación israelí, que tenía programada y anunciada una escalada de su ofensiva contra Hizbolá para ese día, no recibía instrucciones a tiempo de su gobierno para suspender el ataque que podría poner en peligro la vida de tan importantes personajes?

En esos momentos de tanta tensión, comencé a preguntarme a cerca de si el Santo Padre podría estar pensando cómo resolver el dilema frente a Dios, ya que por una parte él era nada menos que su representante en este planeta Tierra, y por la otra Israel era el pueblo escogido por Dios para llevar a cabo sus designios para la humanidad.

En esas estaba, cuando mi esposa me despertó...

1 comentario:

Anónimo dijo...

POR UN MOMENTO CREI QUE ERA CIERTO LO QUE ESCRIBISTE PERO REALMENTE HUBIERA PREFERIDO QUE ME DEN UN BALAZO EN LA PIERNA Y NO HABER SOÑADO DESPIERTO LEYENDO TU COMENTARIO.